¿A qué nos enfrentamos como sociedad desde el punto de vista de las adicciones? ¿Cómo han evolucionado en el tiempo? ¿Cuáles son los motivos por los que una persona cae en una adicción y qué salidas existen? Son preguntas que se hicieron y trataron de resolver Julio Alberto acompañado por el Dr. Josep María Fàbregas , fundador y director de la Clínica CITA , en nuestra Talk3. Sobre la evolución en el consumo, el Dr. Fàbregas comentaba que a lo largo de las décadas han tenido más incidencia unas sustancias u otras. “En los 70, la heroína hizo perder una generación entera. Ahora estamos preocupados porque una hay otra generación que va a tener y está teniendo un problema con el cannabis”. Este hecho acompañado de la edad de consumo cada vez más temprana y unido a lo que los especialistas denominan “vulnerabilidad genética” tiene una incidencia directa sobre el rendimiento escolar. Otra de las epidemias que más preocupa hoy en día es la que está sufriendo Estados Unidos por culpa del fentanilo. El último año provocó más muertes en el país norteamericano que los accidentes de tráfico, los suicidios y las armas de fuego juntos. Cada día mueren 12 adolescentes en Estados Unidos por su consumo. A las adicciones y consumos con sustancia, se une en esta época la normalización del uso excesivo de pantallas, redes sociales o teléfonos móviles. Como advierte Josep Maria Fàbregas, “la juventud ha tenido ahora acceso mucho antes a estímulos que antes eran impensables como el teléfono, muchos canales de televisión, vacaciones o ir a un parque de atracciones. Estas herramientas en sí no son malas. Un teléfono móvil es una herramienta que ensancha o reduce el conocimiento. La clave está en su uso y en cómo educamos en el modo de usarlo”. Sin embargo, se aprecia que el uso de estos dispositivos es cada vez más abusivo, lo que puede desencadenar comportamientos adictivos. “Antes de la pandemia, el 13% de los adolescentes usaban más de 90 minutos al día su teléfono. Ahora ese porcentaje ha subido hasta el 76%”, advierte Fábregas. Ante esto, Julio Alberto pregunta “¿qué se puede hacer para evitarlo?”. Para el Dr. Fàbregas la respuesta no es suprimirlos: “Rotundamente no. Hay que enseñar a utilizarlos y como esto con todo lo demás”. Pero, para estas como para las adicciones con sustancia, ¿existe alguna solución que ayude a superarlas? Según el psiquiatra la medicina ha evolucionado mucho en diferentes especializados, pero sigue sin tener un medicamento efectivo para luchar contra las adicciones porque las causas y los orígenes de una adicción son muy diferentes en cada persona. “Algunos son por automedicación, otros por un trastorno impulsivo, los hay que consumen por motivos autodestructivos y también otros que no habían consumido nunca se inician y no pueden controlarlo”. Algo que llama la atención de Julio Alberto: “¿Por qué alguien sano empieza a consumir y se vuelve un adicto?”. “Las maneras y razones son múltiples”, responde Fàbregas. “No hemos conseguido llegar a un patrón, aunque nos estamos acercando a ciertas cosas, como por ejemplo una predisposición genética, que no es una determinación. Antes creíamos más que se podía dar también por conducta, pero la ciencia nos enseña, por ejemplo, que dos gemelos que han sido dados en adopción ambos, con entornos y educación diferentes, tenían una mayor probabilidad de caer. En este sentido, la labor de educación como la que promueve la Fundación Relife es una de las partes más importantes en la lucha contra las adicciones. Una pedagogía que dé herramientas a las personas para conocer las consecuencias de ciertas acciones y les de habilidades personales para superar situaciones adversas en la vida es la forma más efectiva para evitar caer en comportamientos adictivos.

Como publica Mayte Rius en su artículo en La Vanguardia , en la Memoria 2022 de hallazgos toxicológicos en víctimas de accidentes de tráfico presentada recientemente en España, se destaca una preocupante tendencia: más de la mitad de los conductores fallecidos en accidentes el año pasado dieron positivo en análisis toxicológicos de alcohol, drogas o psicofármacos. Asimismo, se revela que un considerable 42% de los peatones que murieron atropellados también arrojaron resultados positivos en estas pruebas. De los 854 conductores fallecidos que fueron sometidos a autopsia, se encontró que 451 tenían rastros de sustancias psicoactivas en su organismo. El 35,5% de los conductores tenía un nivel de alcohol en sangre superior al límite permitido, mientras que el 20% dio positivo en consumo de drogas, siendo las más detectadas la cocaína y el cannabis. Además, el 14,6% había consumido psicofármacos. Aunque se observó un leve descenso en la detección de alcohol y drogas en comparación con el año anterior, se registró un aumento en los conductores fallecidos bajo los efectos de psicofármacos. La Memoria también destaca un sesgo de género significativo, ya que el 92% de los conductores fallecidos con resultados toxicológicos positivos eran hombres. Además, tres de cada cuatro peatones que murieron atropellados y dieron positivo en pruebas de sustancias psicoactivas también eran varones. Estos datos refuerzan la necesidad de seguir trabajando en campañas de concienciación y en el refuerzo de controles policiales para combatir el consumo de tóxicos al volante, especialmente el alcohol. A pesar de los esfuerzos actuales, queda claro que el consumo de sustancias psicoactivas sigue siendo una causa significativa de accidentes mortales en España. La prevención y educación sobre los riesgos de conducir bajo los efectos de estas sustancias son cruciales para reducir la trágica pérdida de vidas en las carreteras del país.

Existe actualmente en la psiquiatría un concepto con el que se trabaja actualmente, que es la patología dual. Hace referencia a que un mismo sujeto presenta un trastorno mental y un trastorno adictivo por consumo de sustancias. En el segundo de nuestro Talks for Life contamos con la presencia del Dr. Eugeni Bruguera , psiquiatra de la Fundación Relife especializado en adicciones, que además es Director del Centro Médico BM, también es Jefe de la Unidad de Conductas Adictivas del Servicio de Psiquiatría del Hospital Vall d’Hebron y director programas asistenciales. Como nos contaba el Dr. Bruguera en la entrevista con Julio Alberto , hace algunos años la psiquiatría miraba a las adicciones desde la lejanía “como algo que no iba con ella”. “Ahora esto ha cambiado de forma absoluta y todo el campo de la salud mental entiende que las personas que tienen un trastorno de salud mental tienen más riesgo de abusar de las drogas y las personas que abusan de las sustancias tienen un mayor riesgo de presentar trastornos mentales”. La charla sirvió también hablar de esa parte que no se da a conocer tanto y que es cómo afectan las adicciones a la familia, los amigos y las personas cercanas . Julio Alberto y el Dr. Bruguera debatieron sobre esta cuestión basada también en casos que han podido conocer ambos. Según el Dr. Bruguera, “las adicciones tienen un efecto devastador en el entorno por el sufrimiento que causa y las consecuencias que provoca”. Y otro de las grandes cuestiones que caracterizan al mundo de las adicciones es la estigmatización de las personas con adicciones . Una persona que atraviesa esta situación no suele acudir a pedir ayuda o a explicar su caso por miedo al rechazo que cree que puede generar en su entorno. Y, en el mismo tiempo, una vez supera la primera fase de recuperación, debe convivir en una sociedad en la que se consumen drogas, por lo que tiene que ser muy exigente y rechazar absolutamente cualquier tipo de consumo, algo que no siempre es fácil dentro de la sociedad. En estos casos, el Dr. Bruguera ve fundamental que personas que han superado con éxito una adicción den su testimonio “porque ayuda mucho que alguien lo explique en primera persona, genera una gran motivación para los demás”. Por eso, el psiquiatra comenta durante la charla que, en el mundo de las adicciones, interviene un triángulo que se relaciona entre sí y en el que encontramos, por un lado, al individuo, por otro, la sustancia, y en el tercer lugar, la socieda d. En el lado de la sociedad, explica que a lo largo de la historia el ser humano ha usado siempre las drogas, pero por diferentes circunstancias y cuando se detectaban problemas graves, se dejaba. En el siglo XXI, es el negocio más importante del mundo desde un punto de vista económico. Y ahora los jóvenes disponen de dinero, por lo que son objetivo para las mafias que introducen el consumo. En cuanto al individuo, es importante atender a su estado emocional. Si tiene inestabilidad o un aspecto de su vida que no funciona, cuando entre en contacto con una sustancia, es probable que encuentre una forma de mitigar su dolor y ahí es cuando puede comenzar un consumo de drogas, muchas veces como una automedicación para paliar malestar. “Eso es terreno abonado para una adicción”, concluye el psiquiatra. Ver vídeo

Como informa Alejandra de la Fuente en su artículo para Retina , un creciente número de trabajadores en España están recurriendo al consumo de sustancias estimulantes, como café, bebidas energéticas y medicamentos, para enfrentar las exigencias laborales y mantenerse despiertos y productivos. En un testimonio compartido por Mireia, una empleada de redes sociales y comunicación, se expone cómo su alta carga de trabajo la llevó a incrementar su consumo diario de café, llegando a consumir casi un litro y medio al día para sobrellevar sus jornadas agotadoras. El Informe sobre los Hábitos de Consumo del Café en España revela que más del 75% de los españoles que toman café lo hacen con el objetivo de obtener más energía para enfrentar sus responsabilidades laborales. El volumen de trabajo se ha identificado como la segunda causa más común de fatiga, seguida de la mala calidad del sueño. Además del café, se observa el aumento del consumo de bebidas energéticas, como Monster y Red Bull, para mantener la energía a lo largo del día laboral. Paco, trabajador de extensas jornadas, relata cómo ha pasado de consumir solo café a depender de dos latas de Monster diariamente para sostener su rendimiento laboral. Lamentablemente, esta tendencia no se limita solo a las sustancias legales. Algunos trabajadores, como María, que se desempeña en el cuidado de personas mayores dependientes, han recurrido a medicamentos como el paracetamol o el ibuprofeno para mitigar el dolor físico derivado de las tareas laborales agotadoras y la falta de recursos adecuados para realizar su trabajo de forma segura. En el caso de trabajadores sometidos a situaciones de mayor precariedad laboral, el consumo de sustancias ilegales, como la cocaína y la metanfetamina, se ha incrementado significativamente. Algunos empleados de construcción y actividades artísticas, recreativas y deportivas recurren a estas drogas para sobrellevar la alta demanda de trabajo. El aumento del consumo de sustancias estimulantes se convierte en una preocupante señal de la presión y explotación que algunos trabajadores enfrentan para mantener su rendimiento laboral. Esta alarmante dinámica puede tener serias repercusiones en la salud y el bienestar de los trabajadores, lo que subraya la necesidad de abordar adecuadamente las condiciones laborales y promover prácticas de trabajo más saludables y sostenibles. La explotación laboral y la búsqueda obsesiva de una productividad extrema han llevado a una peligrosa relación entre el consumo de sustancias y el rendimiento en el trabajo. Es fundamental que los empleadores tomen medidas para proteger la salud y el bienestar de sus trabajadores, y se promueva un entorno laboral que fomente un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, priorizando la salud y la seguridad de sus empleados.